Cuando la saqué ya no veía manchas de caca en mis manos, pero la camisa seguía teniendo una mancha marrón y la verdad es que todavía olía un poco mal. La mojé muchas veces más, pero la mancha seguía ahí. Me faltaba algo. La familia que me había acompañado me miraba y se reía. Se estaban dando cuenta de que estaba muy despistado.
Al final se apiadaron de mi y me dijeron lo que me estaba pasando.
Al final se apiadaron de mi y me dijeron lo que me estaba pasando. ¿Sabéis qué era?
¡Eso es! ¡El jabón! ¡El agua sola no es suficiente! Para limpiar bien de verdad y que se vayan la suciedad y los gérmenes hay que usar jabón. Pero yo no tenía.