Me puse muy nervioso y empecé a intentar limpiármela. Sin querer, me manché la otra mano y la camisa y el pantalón. ¡TENÍA QUE LIMPIARME! Así que mire a mi alrededor y me acerqué a la primera casa que encontré. Llamé a la puerta (TOC, TOC, TOC) y ¡OH NO!, también se la manché de caca
Me puse muy nervioso y empecé a intentar limpiármela. Sin querer, me manché la otra mano y la camisa y el pantalón. ¡TENÍA QUE LIMPIARME! Así que mire a mi alrededor y me acerqué a la primera casa que encontré. Llamé a la puerta (TOC, TOC, TOC) y ¡OH NO!, también se la manché de caca.
Abrió la puerta una familia muy simpática. Una mamá, un papá, una hija y un hijo. Y les pregunté: ¿Me puedo lavar en vuestra casa? ¿Y me podéis dejar algo para que os limpie la puerta?
*MARÍA SERNA*
Explica que a los gérmenes les encanta propagarse.