Me dijeron que no sabían cómo ayudarme. ¿Me dejáis usar el lavabo de vuestro baño?, les pregunté. Pero lo que me dijeron me dejó alucinado: ¡No tenían baño! Ni lavabo, ni váter, ni un grifo del que saliera agua limpia. ¿Y cómo os laváis?, les pregunté. ¡Vamos al río! Me dijeron. Y me dijeron que me acompañaban.
Cuando llegué al río me quité la mochila, y también la llené de caca, me quité la camisa con caca y metí las manos en el agua.
Hmm… La mayoría de la caca se había ido con el agua, pero mis manos seguían oliendo a caca. Además, aunque mojé la camisa muchas veces, la mancha marrón seguía ahí. Me faltaba algo. [[Yo]] siempre había lavado mis camisas en la lavadora y no sabía limpiarla en el río. La familia que me había ayudado tenía una hija muy lista que se dio cuenta de que [[yo]] estaba un poco despistado. Y me dijo: ¡el agua sola no es suficiente! ¡Para limpiar de verdad hay que usar jabón!
Borja Robert
1 year ago