Os voy a contar una historia. Hace muchos años estaba haciendo una excursión en un país que está muy lejos y que es muy bonito. En ese país vive gente igualita que nosotros, pero no tienen carreteras, ni aceras y en su suelo hay muchas piedras. El caso es que estaba despistado mirando al cielo porque me gusta buscar pájaros y me tropecé. Y me caí. Y cuando puse las manos para no hacerme daño noté que una se chocaba con las piedras, pero la otra contra algo blandito. ¡OH NO! ¿Qué es esto? Una pista: era blandito y marrón. ¡Caca!
Os voy a contar una historia. Hace muchos años estaba haciendo una excursión en un país que está muy lejos y que es muy bonito. Lo primero que descubrí es que en este país no tiene carreteras, ni aceras y en su suelo hay muchas piedras. El caso es que estaba despistado mirando al cielo porque me gusta buscar pájaros y me tropecé. Y me caí. Y cuando puse las manos para no hacerme daño noté que una se chocaba con las piedras, pero la otra contra algo blandito. ¡OH NO! ¿Qué es esto? Una pista: era blandito y marrón. ¡Caca!
¡Tenía la mano llena de caca! Sin querer, lo primero que hice fue limpiarme en mi camisa. Y ahora tenía caca en mi mano y mi camisa. Así que salí corriendo hasta la primera casa que vi. Llamé a la puerta. ¡Toc toc toc! Pero me di cuenta de que también la estaba manchando de caca. ¡Socorro! La caca no deja de extenderse; y grité ¡Hola! ¡Me puede ayudar alguien!